Se acabó el verano…
Se acabó el verano, casi,
y se acabó el confinamiento
hace ya algún tiempo, también
se acabó la paciencia de la gente
y para casi todos se acabaron
las vacaciones, por suerte
no para mí que no necesito
salir de vacaciones porque vivo
en un pueblo donde vienen
de vacaciones los forasteros…
y el virus ahí sigue
proliferando y matando
a culpables e inocentes
(en la sombra sigue…)
queda la sensación de que llega
al fin una época que para muchos
ha sido de fiestas una época dorada
de reuniones y bailes y botellones
sin mascarillas y sin distancias
donde los besos y abrazos eran
la norma y hoy están prohibidos
qué tristeza, qué tristeza más
grande e insoportable, no poder
abrazar ni besar los abuelos
a sus nietos ni las madres a su hijos
y el virus ahí sigue
proliferando y matando
a culpables e inocentes
(en la sombra sigue…)
andamos de boca tapada y el deseo
se apaga por unos labios invisibles
que pronuncian palabras de sonido
extraño velado borroso, casi
incomprensible…
cuándo volveremos a los besos
y abrazos de un tiempo que ya parece
tan lejano y muerto para siempre…
y el virus ahí sigue
proliferando y matando
a culpables e inocentes
(en la sombra sigue…)
del libro “Modulaciones en sol menor”