ANTES QUE LA PRIMAVERA SE VAYA PARA SIEMPRE… este año.

LA PRIMAVERA
pasada fue el invierno
del alma
(un pequeño infierno)
para quien no sabe

cómo vivir horas muertas
donde solo cabe
(dentro de sus puertas
y ventanas) el amargo
importuno y duro trago
de la soledad

insidioso oscuro
y odioso animal

fuente de angustia y mal-
humor en personas acostumbradas
al jolgorio de las breves compañías
de dudosos amigos en noches pasadas
entre el ruido de copas
y falsas alegrías

y que al volver a casa
han de verse atrapados
en los congelados (a)brazos

de la indiferencia
de la penosa conciencia

de estar irremediablemente
—solos—
en su carente e irremediable
—soledad—

¿de qué nos sirve
una primavera así,
verdad?

 

ESTE AÑO
ya tiene la primavera
los colores habituales
y los mismos rituales
de primaveras pasadas

ya regala sonrisas y abrazos
de adivinado calor
y ansiado cariño
ya permite copas y alegrías
un nuevo amor encuentros
(inesperados)

o lágrimas de duelo
por la ausencia del abuelo

este año tiene la primavera
para oídos y ojos atentos
versos y flores primaverales
aromas flotando en el aire
quizás como nunca los hubo
en primaveras pasadas

versos y flores
de colores más vivos
y más intensas sonoridades

versos y flores
que se desdoblan y se esmeran

en sembrar en los ansiosos
corazones las más anheladas
ilusiones
de felicidad
y de una sospechosa
normalidad

¿no será que este año nos enseña
la primavera su cara más bonita y serena
para decirnos… la vida vale la pena?

del libro “Modulaciones en sol menor