LA PRIMAVERA pasada fue el invierno del alma (un pequeño infierno) para quien no sabe
cómo vivir horas muertas donde solo cabe (dentro de sus puertas y ventanas) el amargo importuno y duro trago de la soledad
insidioso oscuro y odioso animal
fuente de angustia y mal- humor en personas acostumbradas al jolgorio de las breves compañías de dudosos amigos en noches pasadas entre el ruido de copas y falsas alegrías
y que al volver a casa han de verse atrapados en los congelados (a)brazos
de la indiferencia de la penosa conciencia
de estar irremediablemente —solos— en su carente e irremediable —soledad—
¿de qué nos sirve una primavera así, verdad?
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ESTE AÑO ya tiene la primavera los colores habituales y los mismos rituales de primaveras pasadas
ya regala sonrisas y abrazos de adivinado calor y ansiado cariño ya permite copas y alegrías un nuevo amor encuentros (inesperados)
o lágrimas de duelo por la ausencia del abuelo
este año tiene la primavera para oídos y ojos atentos versos y flores primaverales aromas flotando en el aire quizás como nunca los hubo en primaveras pasadas
versos y flores de colores más vivos y más intensas sonoridades
versos y flores que se desdoblan y se esmeran
en sembrar en los ansiosos corazones las más anheladas ilusiones de felicidad y de una sospechosa normalidad
¿no será que este año nos enseña la primavera su cara más bonita y serena para decirnos… la vida vale la pena?
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La vida valdrá la pena mientras haya Poetas como tú. Los poetas sois como las abejas, sin vosotros la humanidad estaría condenada a la extinción. Que las Musas te acompañen!!!
Gracias, muchísimas gracias por tu amable comentario… una pasada!
Una musa, LA MUSA, ‘sure I am’, me acompañará siempre… usque ad finem!