¡Palestina, Palestina!

¡Palestina, Palestina, qué desgraciada eres!

Evocando el poeta Miguel Hernández
practicamente asesinado por los fascistas
de paca la culona, altero un poco
su famoso dicho a la pobre Josefina
y repito aquí —lleno de rabia e impotencia—

¡Palestina, Palestina, qué desgraciada eres!

Que me perdonen los judíos que puedan
sentirse ofendidos, pero lo que su gobierno
(igual de fascista y terrorista como aquel
de paca la culona) está perpetrando
contra el pueblo palestino, ya no desde hoy
sino desde la fundación de su estado,
parece querer superar lo que los nazis
(de infame y criminal memoria) hicieron
con su gente en los hornos de Auschwitz
y en otros sitios de execrable pasado —

Maldita sea la guerra de Gaza
(asistida y apoyada por el gran Satán)
y malditas sean todas las guerras, igual
a la que hace el enano calvo de Moscú
contra tantos inocentes en los campos
y pueblos de Ucrania —

Malditos sean todos los señores y servidores
de la guerra que se manchan de la sangre
de tantos inocentes en una y otra parte
del mundo, malditos sean, mil veces
malditos por los siglos de los siglos —

Que la sangre de los niños inocentes
muertos por soldados de Israel y Moscú
(con la ayuda de miserables capitalistas)
caiga sobre ellos y los cubra de la más
ignominiosa culpa y que la maldición
del Universo os persiga hasta el fin
de sus miserables días —

Dios, o Dios, si tú existes y no estás
ni sordo ni ciego y si aún tienes algún
poder en tus omnipotentes manos,
baja ya de tu trono y lanza sobre la horda
de tantos asesinos el furor de tus rayos —

¡Amen y Aleluya, maldita sea esa
puta pesadilla!

© by text & music jrBustamante, Christmas 2023

Presencia sin nombre

Todo en ella encantaba, todo en ella atraía
su mirada, su gesto, su sonrisa, su andar…
¡Quien la vio, no la pudo ya jamás olvidar!
AMADO NERVO, «Gratia plena»

No me preguntes cuándo ni dónde
o si era tarde o la mañana de un día
de otoño primavera verano, el tiempo
no cuenta y un lugar mucho menos

el acaso y el hondo hechizo
de una mirada, clara y sugestiva
como la aurora, furtiva e insondable
como el crepúsculo, la breve sonrisa
{eterna} y el amplio silencio de labios
entreabiertos, un roce de manos
que no se tocan, pasos de ola y brisa
marina vuelo de nubes o golondrinas
un vago olor de mar y de una flor
insospechada, qué voy a saber
jamás de tus recuerdos deseos
y cuidados o del estentóreo color
de tu piel entre blancas sábanas
en ciertas tardes de verano
bajo el finísimo lino
que te cubre
figura sin nombre de mujer
sin culpa de pecados ajenos

habitas desde ese instante
fugaz, sin pudor y sin quererlo,
sin jamás siquiera imaginarlo,
el inocente harén de nieblas
y de la más reluciente tiniebla
que anhela mi piel

como quizás anhelara tu cuerpo
de mansa ave o impetuosa fiera
si el intencionado aire ausente
de tus pasos anunciase en ritmo
de vals o rumba todo el encanto
que evoca tu arrolladora presencia

© del libro A cadencia de tu vuelo, 2019, by J. R. Bustamante

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